miércoles, agosto 16, 2006

TLC: ¿Expectativa o desesperanza?

El tema del TLC con Estados Unidos ha permanecido relegado para la mayoría de los colombianos frente a otros asuntos de política interna, pero el impacto que seguramente tendrá sobre el futuro económico del país continúa más que vigente. Aunque el tratado aparece como finalizado, aun existen divergencias en cuanto a los textos definitivos en los temas de mayor sensibilidad. A cuenta gotas se han venido mostrando las cartas que hasta hace unas semanas permanecían bajo la mesa. Al nerviosismo de los agricultores se le suma ahora el desencanto de los ganaderos y la oposición de ambientalistas, al irse descubriendo poco a poco el texto del tratado. Respecto al tema ganadero, EEUU desea exportarnos carne de reses mayores de 30 meses y otros productos que ellos llaman “despojos” y que a juicio de los expertos norteamericanos viene a ser lo que más se consume en Colombia. El impacto sobre la ganadería del país puede ser grave al desplazar el mercado interno, pero lo más preocupante es el riesgo de presentación de problemas sanitarios, especialmente con la enfermedad de las vacas locas, que hace unos años quebró a ganaderos americanos y británicos. EEUU pretende imponer estos puntos con estrategias muy al estilo del gobierno Bush. En la última semana se han sentido presiones, que aunque no sean formales y se enuncian fuera del marco del TLC, si pueden tener efectos sobre la voluntad gubernamental. Las críticas declaraciones de algunos sectores de EEUU respecto a la Ley de Justicia y Paz, las dilaciones para presentar el texto del TLC al congreso norteamericano y la negativa a ampliar las preferencias del ATPDEA, ponen contra la pared al gobierno, al tener que evaluar el riesgo de perder apoyo militar y logístico de EEUU en la lucha antidrogas y las pérdidas que ocasionaría la terminación estas preferencias arancelarias a final de este año, tal como está previsto. Ya hemos visto como el presidente Uribe cambia de tono y conmina a los jefes de las autodefensas para se ajusten a lo acordado. La ofensiva en el tema de erradicación mediante la fumigación puede tener alguna conexión con esta situación. Igualmente, empiezan a escucharse declaraciones de algunos funcionarios a favor de la negociación finiquitada en el tema de cárnicos y lácteos. Estos antecedentes son señales de mal augurio, pues fue igual cuando el gobierno empezó a justificar las negociaciones en arroz, soya, algodón y terminó ofreciendo el programa “Agro: ingreso seguro”.

En el tema de biodiversidad, los textos no muestran con claridad la prohibición de patentar plantas y animales. El texto plantea un marco de transición para que Colombia se organice para competir en este sector. También deja claro que si los trámites internos en Colombia resultan lentos se podrán activar mecanismos bilaterales que permitirán avanzar en este fatal cometido. La negociación TLC Perú – EEUU con anterioridad al nuestro, dejó abierta la puerta y fue muy difícil apartarse del texto acordado con el Perú. Perú dejó por debajo las normas andinas y de alguna manera viabilizó el asalto a la biodiversidad. Esperamos que nuestros congresistas estén al tanto de estas discusiones, lean con detenimiento el texto final y defiendan con empeño los intereses de nuestra región.

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