La ruta del desarrollo
Manuel Javier Fierro Patiño
http://javierfierro.wordpress.com MVZ. Esp. Gestión y planificación del Desarrollo urbano-regional. Profesor Universidad de los Llanos
El Departamento del Meta avanza en una dinámica económica de amplias perspectivas. No obstante, es necesario evaluar con prudencia los efectos económicos y sociales que se avecinan. Por ejemplo, los proyectos para la producción de etanol con cultivos de yuca y caña de azúcar. La empresa Petrotesting adelanta un proyecto de alcohol carburante a base de yuca, con 400 hectáreas sembradas para producir inicialmente 20 mil litros diarios de alcohol. Bioenergy, empezará a producir 250 mil litros de etanol en una planta destiladora de US$50 millones, teniendo como base mínimo 120.000 hectáreas de caña de azúcar.
Respecto a la palma, existen 95.000 hectáreas en los llanos, listas para la producción de biodiesel. El maíz es otro cultivo que está en su agosto por la demanda en el mercado mundial, principalmente por su utilización en la producción de etanol en EEUU. A esto sumémosle, la bonanza petrolera, con el aumento de la producción de crudos pesados y los buenos precios internacionales, lo que pronto nos llevará al primer lugar en Colombia. Esto significa un aumento de las regalías y por consiguiente recursos disponibles para inversión social. De otra parte, el consumo de los hogares está por el cielo. El turismo, las colocaciones y la cartera de los bancos han crecido a un ritmo abrumador en la región. Pero ahí no paran las noticias buenas. Hay planes para la construcción aproximadamente de 20.000 viviendas, entre casas y apartamentos que se construirán en un lapso de 3 años. La inversión, especialmente en vivienda de estratos altos, podría estar cerca de los 800 mil millones de pesos.
Todo esto marca un panorama alentador, pero también un reto importante para las políticas públicas. Es clave responder con inversiones estratégicas, rigurosamente planificadas para lograr enrumbar la economía de manera sostenible. Así mismo, es relevante estar al tanto de los desequilibrios sociales y el rezago de la infraestructura rural y urbana. Hay que ponerle freno al alza de los alimentos, especialmente la carne, los lácteos, la harina de maíz y la panela, precios que se han afectado por el aumento de la demanda nacional e internacional. Las bonanzas causan desequilibrios que afectan a los hogares más pobres, hecho que debe contar con la debida atención de los gobiernos nacionales, regionales y locales.
Es muy importante la inversión en infraestructura física, pero, la formación de técnicos, tecnólogos y profesionales en los campos que requiere el sector productivo no da espera. La inversión en ciencia y tecnología debe ser muy superior a las tasas observadas hasta el momento. Si no tenemos conocimiento y capital humano, simplemente ciencia, empresas y recurso humano llegarán de otras partes. Los pequeños productores y comerciantes tendrán que hacer un gran esfuerzo en asociarse, capacitarse y trabajar en equipo. Todo apunta a que el apoyo público debe ser protagonista para generar equidad social y permitir que las utilidades generadas por las bonanzas toquen efectivamente a la gente de la región. Esto requiere de un trabajo mancomunado entre los gobiernos, instituciones educativas, la academia y el esfuerzo propio de los afectados. Igualmente, vale la pena insistir, que si no contamos con gobernantes competentes y honestos, podemos echar por la borda este momento crucial en la historia regional.
Etiquetas: Desarrollo, Meta, Orinoquia, Regional, Villavicencio
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